Dos de los principales monstruos del mercado de los televisores LCD pusieron fin a la sociedad que formaron en 2004 llamada S-LCD, en parte luego del anuncio hecho por la japonesa en noviembre en cuanto a que está teniendo pérdidas anuales de US$1.200 millones. Dicha caída en las finanzas responde al retroceso en la demanda por sus paneles y el alza del yen y motivó a Sony a hacerse a un costado y venderle su 50% a la firma coreana en alrededor de US$938,97 millones equivalentes en wones, pasando así a ser una filial de Samsung.
Junto con ello, Sony inicia una relación estratégica con Samsung para asegurarse un abastecimiento constante de paneles LCD sobre la base de precios de mercado y sin la preocupación de manejar una planta de producción.
El acuerdo quedaría cerrado en enero del 2012, a la espera de las aprobaciones regulatorias.
Los problemas de Sony en el rubro de los aparatos de TV quedaron de manifiesto cuando este año reorientó esta división, además de los rumores de que estaría evaluando implementar alternativas asociadas, como lanzar su propio servicio de televisión por internet para competir con el TV Cable.
Y aparte, pero en la misma línea, Samsung también anunció que adquirirá el 50% restante de la participación en Samsung LED que estaba en manos de Samsung Electro-Mechanics, enun esfuerzo por hacer más eficiente su negocio de televisores.
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