El boleto de cartón del Sistema de Transporte Colectivo “Metro” ha sido uno de los emblemas por excelencia desde 1969. Sin embargo, el Gobierno del Distrito Federal pretende que este sea el último año que lo veamos. Esta medida se da principalmente por razones económicas y de digitalización, ya que el acceso al transporte se realizará sólo por medio de una tarjeta con chip.
En la actualidad, se mandan a imprimir 600 millones de boletos desechables que cuestan unos MXN$20 millones, mientras que un millón de tarjetas recargables requieren una inversión de MXN$10 millones. Según el director del Metro, Francisco Bojórquez, tres millones de tarjetas serán suficientes para cubrir a los usuarios del Metro, aunque la meta será tener cinco millones de plásticos.
Este cambio no sólo involucra a los boletos de cartón sino a las taquilleras, ya que a corto plazo no será necesario que una persona realice la operación de venta o recarga del plástico en la ventanilla. Las tarjetas se podrán adquirir por MXN$10 y recargarse en cajeros como ocurre actualmente con su similar, el Metrobús. También los 1,550 torniquetes sufrirán una transformación para hacer más fácil la transición del boleto a la tarjeta.
Con el paso del tiempo, el boleto del Metro contó con diversas impresiones conmemorativas, desde efémerides históricas pasando por inauguraciones de otras líneas del Metro hasta las más polémicas, como inserciones publicitarias de compañías camioneras o mencionándole a los usuarios el costo real del pasaje con un valor de MXN$9 pero subsidiado a tan sólo MXN$3. Este precio lo convirtió en uno de los transportes más baratos del mundo.
También se recuerda a su similar el abono del transporte. Originalmente era un cartón acompañado de un boleto del Metro con el que se podía acceder de forma ilimitada a los transportes subsidiados por el gobierno capitalino y posteriormente sólo se puso a la venta sólo el boleto de Metro. En la década de mediados de los años ochentas y al principio de los noventas fue lo más solicitado a las afueras de las estaciones con filas kilométricas. Por lo que en este 2012 el boleto del Metro como lo conocemos tomará un último viaje sin retorno.
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