Es el dilema al que se enfrenta cualquier turista cada vez que sale al extranjero: sabemos al subir en el avión que nuestro hotel tendrá conexión a internet, pero... ¿qué pasará en el resto del viaje? Porque aunque estés de vacaciones estamos convencidos de que querrás contar a tus amigos lo bien que te lo estás pasando y uno no puede dar nunca por sentado que vaya a encontrar fácilmente una red WiFi en mitad de la calle. A menos que visite Kuala Lumpur.
La capital de Malasia (y la ciudad más grande del país) ha decretado que todos los nuevos restaurantes de más de 120 m2 y aquellos que quieran renovar sus licencias deberán ofrecer acceso a internet inalámbrico a sus clientes. La idea es que la conexión, contemplada como un servicio de valor añadido para el cliente, sea gratuita o a cambio de "una tarifa razonable", así que sabiendo que Malasia tiene algunos de los planes de datos más asequibles del mundo, en el peor de los casos ni turistas ni autóctonos deberán rascarse demasiado el bolsillo.
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