miércoles, 12 de octubre de 2011

La caída de BlackBerry, o cómo las cosas deben hacerse mejor



A estas alturas, y sobre todo después de tener su momento de gloria en las pequeñas pantallas de todo el mundo, todos sabremos del problema que nos ha tenido a los usuarios de BlackBerry (corporativos y domésticos) desconectados de Internet desde el lunes, aunque con leves momentos de lucidez. 

Sin duda es algo vergonzoso para una RIM que precisamente debe jugar la baza del servicio y el software, a la vista de que la carrera por el hardware debió darla por perdida hace ya tiempo. Servicios que se venden como muy fiables, con una gran disponibilidad, no pueden sufrir una caída de casi 48 horas y menos sin existir comunicación hacia los usuarios por parte de la empresa.

RIM habló hace 14 horas y habló con propiedad, de un fallo en un switch (para los curiosos, de Cisco). Pero esto debió anunciarlo mucho antes. Al fin y al cabo sus clientes están confiando sus comunicaciones móviles en ellos. RIM no se ha portado del todo bien con sus clientes. Y somos muchos los que vamos a pedir explicaciones y compensaciones: hay quien ha podido perder negocios por culpa de un fallo (accidental, eso sí) en sus comunicaciones.

Y RIM debería, por supuesto, haber previsto sistemas alternativos y haber tenido una mejor capacidad de respuesta, sobre todo teniendo en cuenta que todo el tráfico de las BlackBerry pasa por sus centros de datos, no sólo el e-mail y el chat. Que sí, que un core switch no hizo su trabajo para desviar el tráfico a servidores alternativos, vale. El fallo ha sido accidental, estamos todos de acuerdo. El haber tardado tanto en recuperar unos servicios que todavía no acaban de estar operativos (yo sigo sin correo electrónico, sin ir más lejos) es una auténtica pifia. Muchos habrán dejado de confiar en RIM para siempre.

Aunque hay un trasfondo todavía más preocupante. Esta vez ha sido RIM la empresa afectada, pero imaginad que la caída de 48 horas la sufre, por ejemplo, Google (donde cada vez más empresas y particulares alojan sus aplicaciones y sus servicios de e-mail), o Microsoft, o Amazon. Y todo suponiendo que las redes no se caigan nunca (algo que nunca podemos asegurar). Imagina el caos que generaría. Rodarían cabezas.

Confiar nuestras comunicaciones a un único proveedor siempre tiene riesgos: precisamente que nuestras comunicaciones se corten si ese único proveedor tiene problemas de conectividad. Una de las ventajas del e-mail es que es un método de comunicación abierto y distribuido: si se cae un nodo de la red los demás podemos seguir comunicándonos utilizando ese medio.

Sea lo que sea sólo nos queda esperar a recuperar la normalidad (dado que aunque los servicios están activos se ha originado un bonito efecto embudo que ha provocado una nueva caída).

0 comentarios:

Publicar un comentario